jueves, 21 de abril de 2016

Un reto lector...ampliando lecturas

Como ya comenté hace poco, realizar el curso de narrativa parece que ha despertado una forma distinta de leer y de apreciar la literatura, ha sido un aprendizaje de cómo leer. Una consecuencia (porque no creo que deba etiquetarse como daño) colateral es que me he planteado dedicar tiempo a leer algunos géneros que, hasta la fecha, tenía algo abandonados, muchos totalmente abandonados.

Las razones de este abandono son variadas. Una de ellas ha venido dada por malas experiencias. En algún momento de mi vida intenté leer algún libro de un género concreto y me aburrió o disgustó tanto que decidí que ese género no me gustaba, desarrollando una lógica algo perversa a partir de una muestra paupérrima. Supongo que esto a todos nos ha pasado con algunas lecturas obligatorias del instituto, muchas de ellas no las más apropiadas para despertar el amor hacia la lectura.

Otra de las razones, y muy de la mano de la lógica perversa anterior, es la cabezonería. Cuando decido que un género no me gusta, dejo poco margen al cambio de opinión. Quizá en este caso me baso en una muestra algo mayor antes de emitir el juicio, pero una vez emitido  me aferro a él como un salvavidas. Así he llegado a decidir que no me gusta la novela negra. Esta actitud me recuerda, como creo también haber contado, a mi relación con los sabores de la gastronomía. Hace años decidí, ya no recuerdo ni porqué ni cómo, que los pimientos y las espinacas no me gustaban, y me he mantenido firme como un roble. Menos mal que hace unos meses decidí probarlos, sino me hubiera perdido grandes recetas.

Otra razón son algunos autores. Esto es bastante similar al efecto que tienen los profesores sobre nosotros, un profesor puede llegar a hacer que te enamores, u odies, una asignatura, así sin más. No hay nada más valioso que un buen profesor que te haga adorar la asignatura que imparte, a mí me pasó con el profesor de filosfía de COU, una maravilla de profesor, desde entonces la filosofía me encandila, aunque a veces me resulte complicada de entender. Pues lo, a veces los autores, tienen un efecto similar, especialmente aquellos que están considerados "maestros" en su género. Si te lees uno de sus libros y no te gusta, y teniendo en cuenta que son maestros en su género, pues decides que debe ser que el género no te gusta, y punto. Aquí hay más lógica en el razonamiento, aunque no por ello la lógica tiene que ser acertada. En este caso me abstengo de dar ejemplos, porque independientemente del libro creo que escribir requiere tanto esfuerzo que la crítica me resulta injusta.

El curso de narrativa ha desbaratado mis creencias, menos mal. Así que me he propuesto como reto, (objetivo, mejora, o cualquier otro término equivalenteo similar) ampliar mis horizontes literarios y/o lectores a géneros arrinconados en el armario, sin abandonar ninguno de los habituales, por supuesto, no vaya a ser que por mejorar una cosa arruinemos otra.

Como conclusión, me he propuesto leer a lo largo del año, al menos, un libro de cada uno de los géneros, sin obviar que de algunos me leeré mucho más que lo estrictamente establecido, en todas las familias hay preferidos. El listado de géneros en el que me voy a basar lo he extraido del foro de Ábrete libro


Ciencia ficción
Cuentos y leyendas
Ensayo y divulgación
Epistolar
Fantasía
Grandes clásicos
Infantil y juvenil
Misterio, aventuras y negra
Narrativa contemporánea
No ficción
Novela histórica
Romántica y erótica
Terror y gótica
Teatro
Cómic
 
A este listado he de añadir la poesía, como un reto de los buenos, porque, quitando las lecturas obligatorias de bachillerato, nunca he dedicado un minuto de mi vida lectora a ella. He de admitir que no tengo ni un solo libro de poesía en mis estanterías, y que siempre he tenido la idea de que no la entendía. Mi relación con la poesía es similar a mi relación con el arte contemporáneo, intuyo que escode algo, pero no consigo verlo. 

Estoy segura que algunos me costarán, pero no hay beneficio sin esfuerzo, así que allá vamos...¡¡a leer!!


miércoles, 6 de abril de 2016

Canta Irlanda (Javier Reverte)



Autor: Javier Reverte
Género: Narrativa contempóranea/narrativa de viajes

De nuevo estamos ante un joya para los lectores que les guste viajar con los ojos cerrados y volar sin necesidad de coger un avión. Javier Reverte siempre es una apuesta segura para conocer otras tierras, no solo los monumentos, sino las personas y la Historia de cada uno de los lugares que visita y nos acerca. Hasta la fecha nunca me ha decepcionado.

He de reconocer que este libro me atraía menos que otros de este autor, como su trilogía africana, porque se centraba mucho en poetas irlandeses. Al final ha resultado todo un acierto, porque de forma amena nos lleva a conocer estas figuras de la literatura, muchos de ellos premios Nobel. Todo ello enlazando de forma maagnífica con la Historia de Irlanda. Una isla en la que no han faltado emociones a lo largo de los siglos, y mucho menos enfrentamientos.

Es muy interensante conocer el origen del conflicto en el Norte de Irlanda, y poner en contexto los acontecimientos sucedidos en Belfast, o cómo surgió el IRA, del que hemos oído hablar, pero del que conocemos poco en profundidad.

El texto es pura delicia, a pesar de que no soy una gran amante de la poesía y, lo admito, no he tenido el placer de leer a ninguno de los autores que menciona. Me ha transmitido unas ganas inmensas de conocer este pequeño gran país y disfrutar de su naturaleza salvaje y su música tradicional, pero también de hacer unos pinitos en el cine y ver El homre tranquilo que, un gran pecado, no he visto, y quizá de alguna lectura irlandesa (aunque no me veo con fuerzas para emprender la gran empresa de intentar leer a James Joyce).

Una de las grandes virtudes de los libros de Reverte es que despiertan curiosidad y siempre me han empujado a investigar más allá de sus páginas sobre la historia u otros aspectos mencionados en sus libros. Uno de los "daños colaterales" es que me he tenido que empezar El sueño del celta, de Mario Vargas Llosa, para conocer más acerca de Sir Roger Casement, un personaje peculiar con un recorrido vital muy interesante.  

Hay un par de cosas que he echado de menos en el libro. Lo primero, y muy importante, un mapa que ayude a situar el recorrido y las ciudades que se mencionan a lo largo del libro, así como algún mapa histórico. Por ejemplo cuando habla de las provincias históricas irlandesas, para poder hacerse una idea.

Lo segundo, alguna foto más, supongo que eso encarece la edición, pero hay muchos sitios que nombra a los que da mucha importancia a la situación de las montañas respecto a un cementerio, o las formaciones geológicas, quizá alguna foto adicional hubiera ayudado a interiorizar los sentimiento y emociones que nos describe el autor. Cierto es que hoy día ambas cosas se pueden solucionar con una conexión a internet y alguna buena página de imágenes o mapas (y además aprovechar para ver algún baile irlandés o escuchar alguna de las numerosas canciones que menciona), pero no siempre se tiene conexión, y es un fastidio.

Un libro totalmente recomendable para lectores viajeros que quieran conocer más de nuestros vecinos europeos. No perdáis el vuelo.

domingo, 20 de marzo de 2016

Y se acabó

Pues sí, el curso de narrativa creativa que epecé el pasado mes de enero en La Posada de Hojalata ha llegado a su fin.

El pasado jueves disfrutamos de la última clase y nos despedimos, con un poco de pena y unas cervezas. Me llevo un montón de cosas buenas de este curso que, ha  cumplido ampliamente mis expectativas:
  1. He conocido a un grupo de personas estupendas con las que compartir inquietudes, gusto por la lectura y la escritura y muy buenos momentos, alguno con bizcocho incluido. Espero que podamos compartir algun encuentro.
  2. Un profesor estupendo, tanto en lo didáctico como por su persona. Era uno más del grupo. Con el que he disfrutado y aprendido mucho. Y seguramente seguiré aprendiendo el año que viene, si nada lo impide. 
  3. He ganado confianza en mi capacidad de hacer y enfrentarme a cosas nuevas, entre ellas, a una que yo pensaba imposible para mí, como es la escritura. La calidad ya se verá.
  4. He aprendido a leer y ver en  los libros cosas que hasta ahora me pasaban d esapercibidas. A disfrutar de la lectura de forma diferente. Ahora cuando un libro me gusta (o no me gusta) es más fácil saber porqué. Cuando leo me hace gracia identificar enseñanzas vistas en clase. El mundo de las lestras es un gran Universo por descubrir.
  5. Ahora me apetece leer algunos géneros  literarios que ni me planteaba y que, incluso, había desechado porque creía que no me gustaban. Ahora intuyo que quizá no supe "leerlos" bien. Así que voy a darles una nueva oportunidad, como al pimiento rojo (que ahora resulta que me encanta, espero que mi madre no lea esto).
  6. He aprendido a apreciar el esfuerzo de aquellos que escriben, y a ser más suave en las críticas. Porque, como leí el otro día (no recuerdo de qué escritor es la cita, ni si es exacta, pero seguro que es parecida), un texto fácil de leer es muy difícil de escribir.  
  7. Me ha empezado a atraer el mundo editorial, en todas sus facetas que, hasta la fecha, no conocía. No hago más que mirar cursos relacionados a cual más interesante, de lector editorial, corrector de estilo...ya veremos.Yo y los cursos.
  8. Y lo último, y no por ello menos importante, ganas de continuar...

¿Qué puedo decir más?. Ha sido una gran experiencia que recomendaría a cualquiera que le guste la lectura en general y que esté dispuesto a pasar buenos momentos y a descubrir nuevas cosas.

Ahora solo queda que en los próximos meses siga escribiendo para no perder el hábito, a ver si lo consigo con tantas cosas siempre pendientes como tengo, entre ellos intentaar seguir manteniendo vivo este blog.

Felices lecturas....y escrituras.

viernes, 5 de febrero de 2016

Curso de narrativa creativa

Hace un par de meses decidí dar un salto cualitativo en mi relación con las letras. Ya no me bastaba con ser lectora, estaba decidida, quería aprender a escribir. No es que pretenda escribir una novela, o quizá sí quién sabe, pero la inquietud de comunicar algo apareció ahí dentro y no se ha querido marchar.

ESCRIBIR, así, con mayúsculas, siempre me ha parecido complicado. No, no es cierto, siempre me ha parecido muy complicado. En varias ocasiones intenté sentarme delante de un papel en blanco y escribir. Siempre pasaba lo mismo, o no encontraba nada interesante que contar, o lo que escribía me parecía cursi, o no sabía expresar lo que yo quería.

Uno tiende a pensar, cuando le ocurre esto, que no es capaz de escribir porque no tiene ese "don", el de la escritura me refiero, porque siempre pensamos que todos estos temas que asociamos con las artes están relacionados con un elemento etéreo llamado inspiración. Así que, cuando nos sentamos delante de una hoja en blanco y no se nos ocurre nada, cerramos el cuaderno y pensamos "ni tengo don ni tengo inspiración". Y aquí se acaba la trayectoria escritora iniciada minutos antes.

De forma resumida, toda mi experiencia con la escritura había sido ésta, si no contamos con estas tristes líneas en un blog. Hace no mucho, debió ser en un día de inspiración, me pregunté si realmente esto era cierto, si no podría ser capaz de expresar lo que quería, si no tenía nada interesante que contar, si no podría aprender a comunicar. Y decidí pasar a la acción.

En este punto me asaltó la duda de por dónde empezar, y empecé por donde casi todos empezamos, buscando en internet. Busqué y busqué, porque el mundo de los cursos, en general, es vasto y complejo. Hay tantas ofertas que llegué a sentir cierto agobio. Miré precios, lugares de impartición, contenidos, duración. Al final decidí dejarme llevar un poco y elegí. Es lo que tiene la vida, para pasar a la acción hay que elegir y desechar, no queda otra.

Llevo cuatro semanas asistiendo a clases de narrativa creativa en una escuela de Alcalá de Henares (se llama La Posada de Hojalata) donde estoy descubriendo que sé escribir más de lo que pensaba y que no se me da tan mal. No sé si llegará a algo o no, pero lo más importante es que estoy disfrutando de la escritura, estoy aprendiendo cosas nuevas que, como poco, me ayudarán a expresarme mejor. Comparto alguna de mis tardes con personas que les mueve la misma motivación que a mí y, por si todo esto fuera poco, he escrito mis primeros tres relatos cortos, con más o menos fortuna, pero los he escrito.

Una ventaja adicional es que las clases me están proporcionando una nueva visión de los libros que leo, ahora "veo" cosas que antes me pasaban totalmente desapercibidas, enriqueciendo la lectura de una manera espectacular. Vamos, que todo son ventajas.

Me queda por delante un mes de clase y ya me estoy plateando por donde continuar. Me he lanzado hacia un mundo apasionante donde he comprobado que la relación con las letras y con los libros puede ser muy distinta. Y lo estoy disfrutando. Vaya que si lo estoy disfrutando.